miércoles, 6 de enero de 2016

Y a ti, ¿a qué cuento te recuerda?

    Cuando estábamos haciendo el trabajo de las distintas versiones de La Bella Durmiente, surgió un debate con el cuento de El príncipe encantado, ya que algunas decíamos que se parecía más a La Bella y La Bestia, y otras decían que sí lo veían parecido a La Bella Durmiente. Por ello, voy a escribir un breve resumen de estos libros para que vosotros comentéis a qué cuento se parece más según vuestra opinión.

EL PRÍNCIPE ENCANTADO
Érase una vez, un escobero que tenía tres hijas. Todos los días iba al campo a buscar matas de palma y un día, encontró una mata muy grande y cuando fue a arrancarla, alguien le gritó que no le tirase de los pelos. Apareció un dragón y le dijo que, si al día siguiente le traía lo primero que encontrase al llegar a casa, tendría todo lo que quisiese. El hombre no se preocupó, ya que lo primero que veía era al perro que salía siempre a recibirle, pero ese día, salió su hija menor. Al día siguiente, envió a su hija mayor al monte y le dijo que tirase de la mata, pero el dragón le dijo que tenía que ir la menor. Hizo lo mismo con la mediana hasta que, al final, mandó a la pequeña. Cuando ésta tiró de la mata, apareció un palacio muy grande. Se paseó por todo el palacio, pero no vio a nadie hasta que llegó la noche y se fue a acostar. En la cama sintió un peso y oyó una voz que le decía que de día no le vería porque era un dragón, pero de noche se podía quitar la piel y convertir en príncipe. Le dijo a la chica que tenía que guardar el secreto  y que no le podía perder la piel cuando se la quitase.
De día estaba sola y por la noche llegaba el dragón y se convertía en príncipe. Así pasó mucho tiempo hasta que un día le pidió que la dejara ir a su casa. Éste se lo permitió, pero le dio sólo tres días para ir y volver. Al llegar a su casa, sus hermanas no se creían que se había casado con un príncipe. A pesar de las explicaciones, no se lo creía y acabaron acompañándola al castillo. Por la noche fueron con una vela y primero le quemaron la piel y luego, al acercarle la vela a la cara, le cayó una gota y se despertó. El príncipe le dijo a la princesa que se tenía que ir, ya que se estaba acabando su encantamiento. Ahora ella tendría que ir a buscarle y no le encontraría hasta gastar siete pares de zapatos de hierro y preguntar por el Castillo de Oropel. Le da tres ascuas con las que conseguiría todo lo que necesitase, y al momento desapareció.
A los meses, la princesa dio a luz. Cuando el  niño se hizo mayor, compró siete pares de zapatos para cada uno de ellos y fueron a buscar el castillo. A medida que se les gastaban los zapatos, los iban renovando, hasta que sólo les quedó uno. En este momento, llegaron a la casa de la Luna donde les abrió una anciana a quien preguntaron por el castillo y les dijo que tenían que esperar a que viniese la Luna, pero se tendrían que esconder por si se les comía, ya que era un águila. La Luna amenazó a la anciana para que le diera la carne humana, pero esta le dijo que se trataba de una muchacha con su hijo en busca del Castillo de Oropel, entonces le dijo que quizás su primo Sol les podría ayudar.
Cuando llegaron a ver a Sol, éste les dijo que fuesen a ver a Aire. Aire les ofreció llevarles hasta el castillo. Justo el día que llegaron, el príncipe se había casado. La muchacha encendió las tres ascuas y les pidió una rueca muy hermosa. Se cumplió su deseo y se puso a hilar en la puerta del castillo. Una criada la vio y fue a decirle a la princesa que había una mujer con una rueca muy bonita. Ésta le dijo que le preguntase cuánto quería por ella, pero la muchacha contestó que le daría su rueca si le permitía dormir esa noche con el príncipe. La criada convenció a la princesa al decirle que le darían al príncipe unas dormideras y así no se enteraría. La muchacha subió a la habitación y se presentó como su mujer y su hijo, pero al estar profundamente dormido no se enteró de nada. 

Al día siguiente pasó lo mismo, la muchacha subió a la habitación y pasó la noche con el príncipe, pero éste no se enteró de nada. A la mañana siguiente, le pidió a las ascuas que le trajeran una rueca de oro y pasó lo mismo, pero esta vez, el príncipe, que sospechaba algo, hizo como que se tomaba la dormidera, pero en realidad la tiró. Aquella noche la muchacha le dijo lo mismo y el príncipe en seguida la recordó y la abrazó y le dijo que ya estaba desencantado del todo. El príncipe mandó llamar a todo el mundo y dijo que su verdadera mujer era esa muchacha y no la princesa. 




LA BELLA Y LA BESTIA

Había una vez un comerciante que vivía con su hija en el campo. La muchacha se llamaba Bella. En uno de sus viajes, al padre de Bella se le hizo de noche y se perdió. Se dejó guiar por su caballo hasta un misterioso castillo que parecía abanfonado. Allí pasó la noche.
Al partir, cortó una rosa para su hija. Entonces apareció la Bestia, un ser monstruoso y feroz.
- Por robar mis rosas morirás!
Aterrado el pobre hombre suplicó:
- Déjame por lo menos despedirme de mi amada hija.
Al llegar a casa le contó lo sucedido a Bella, que se empeñó en volver con él al palacio de la Bestia.

Una vez allí, cenaron con la Bestia, y Bella le propuso un trato: - Deja marchar a mi padre; yo me quedaré en su lugar.
La Bestia aceptó.Al principio la muchacha tenía miedo a morir, pero el monstruo la trataba bien y nada le faltaba. La Bestia, que se había enamorado de ella, le pidió que se casara con él. Bella no aceptó,  pero le prometió que serían amigos.
Bella pidió permiso a la Bestia para ir a ver a su padre, prometiendo volver pronto. La Bestia,  que no podía negarle nada, la dejó marchar.

Bella estuvo varios días cuidando a su anciano padre. Había enfermado de tristeza creyénfola perdida. A su vuelta al palacio encontró al monstruo medio muerto de pena por su ausencia. Entonces Bella supo cuánto la quería y comprendió que, a pesar de su feo aspecto, tenía un gran corazón.
- No te mueras, me casaré contigo -lloraba abrazándole.
Creyéndole muerto, le besó tiernamente... Y el horrible monstruo se transformó en un apuesto príncipe. Una bruja le había encantado hasta que alguien le amara. La verdadera belleza está en el corazón.



LA BELLA DURMIENTE 
Había una vez, dos reyes que esperaban con alegría el nacimiento de su primera hija, a la que llamarían Aurora. Para celebrarlo, organizaron una fiesta a la que invitaron a todos los habitantes del reino. Las tres hadas vinieron a hacerle un regalo cada una, siendo el hada Flora la encargada de darle la belleza, el hada Fauna le dio la dulce voz; pero olvidaron invitar a la malvada bruja Maléfica que, enfurecida, lanzó un terrible hechizo sobre la princesa: el día de su décimo sexto cumpleaños se pincharía con el huso de una rueca y moriría. El hada Primavera, como aún no le había dado ningún regalo, le dio el mejor de todos: romper el maleficio, ya que no moriría, sino que permanecería dormida hasta que un valiente príncipe la besase.
Las tres hadas, aterradas con el pensamiento de que su princesa muriera, decidieron vivir durante dieciséis años en una cabaña escondida en el bosque, donde la princesa Aurora vivía con ellas disfrazadas de campesinas y su nombre pasó a ser Rosa para evitar así que Maléfica encontrara a su princesa.
El día en que la princesa cumplía dieciséis años volvió al castillo de sus padres, donde guiada por una luz llamativa, subió  a lo alto de una torre donde se pinchó con una rueca. 
Las hadas durmieron a todo el reino mientras el príncipe luchaba contra la fuerza de Maléfica. El príncipe por fin venció a Maléfica y subió en busca de su princesa, donde esta despertó de su sueño y ¡vivieron felices y comieron perdices!





Opiniones personales
Personalmente, a mí me recuerda a La Bella y La Bestia, ya que en ambos cuentos, el chico es un animal (una bestia en el caso de La Bella y La Bestia, un dragón en el caso de El príncipe encantado) que, posteriormente, se convierte en príncipe. Además, en el El príncipe encantado, cuando las hermanas de la princesa van a comprobar si de verdad el dragón se convierte en príncipe, la doncella le arrima una vela al dragón y justo le cae una gota de cera, por lo que éste se despierta y dice que su encantamiento se estaba terminando...esto me recuerda a La Bella y La Bestia cuando se cae el último pétalo de la rosa y la Bestia se convierte en príncipe.

Sin embargo, algunas de mis compañeras decían que El príncipe encantado sí tiene ciertas similitudes con La Bella Durmiente, entre las que destacan:
  • En El príncipe encantado, la princesa tiene que buscar y conseguir siete pares de zapatos de hierro para poder conseguir al príncipe, lo que les recuerda a La Bella Durmiente cuando el príncipe tiene que pasar por los espinos para poder conseguir a la princesa.
  • Tanto en El príncipe encantado como en La Bella Durmiente, ambos protagonistas están hechizados y necesitan una persona que les quite ese encantamiento.
Y tú... , ¿qué opinas?


Fdo: Andrea Sobrino Verde

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