viernes, 25 de diciembre de 2015

Crítica a "Caperucita Roja" de Charles Perrault



Charles Perrault (1628-1703) se hizo célebre por recoger antiguos relatos de la tradición popular francesa y adaptarlos a los gustos refinados de la corte de Luis XIV. Para lograrlo, tuvo que suavizar la crudeza de las versiones originales, cuyo contenido era especialmente violento, escatológico y sexual (a diferencia de los hermanos Grimm, que, en sus cuentos, fueron más fieles a las tradiciones populares alemanas en las que se basaban).
Pero, a pesar de los retoques, los cuentos de Perrault estaban basados en historias realmente espeluznantes de asesinos en serie, canibalismo, castigos inhumanos e infanticidios. Y es que las narraciones adaptadas por Perrault no pertenecían a la literatura infantil sino a la literatura oral de los sencillos campesinos franceses, que recogían en estos duros relatos los miedos y necesidades de su época.

Caperucita Roja es un cuento escrito por Perrault y publicado allá por el año 1697 en un libro llamado "Historias y cuentos de antaño". El argumento del cuento era más o menos así: 
“Érase una vez...” una niña hermosa como pocas, que se dirigía a casa de su abuela, que estaba enferma, a llevarle una cesta de provisiones. Al cruzar el bosque, se encontró con el pérfido Lobo, que la hubiera comido allí mismo de no haber sido por la presencia de unos leñadores. Así que disimuló, le habló amistosamente y tomó un atajo para llegar a casa de la abuela antes que Caperucita. Después de comerse a la anciana, se acostó en su cama y esperó a Caperucita roja. Cuando llegó, el Lobo la engañó haciéndose pasar por la abuela, y, finalmente, devoró a la pobre niña

En la tradición popular, por ejemplo, Caperucita llegaba a beber la sangre de la abuela y a comer trozos de su carne, engañada por el lobo. Perrault eliminó el canibalismo pero mantuvo las connotaciones sexuales de la historia:
  • Caperucita Roja se desvistió y se metió en la cama. Allí se sorprendió mucho de ver cómo resultaba ser su abuela sin ropa.
La sensualidad del cuento de Caperucita se acentúa en la moraleja del cuento: 
  • Vemos aquí que los niños -y sobre todo las niñas bonitas, elegantes y graciosas- proceden mal al escuchar a cualquiera, y que no es nada extraño que el lobo se coma a tantos. Digo el lobo, pero no todos los lobos son de la misma calaña. Los hay de modales dulces, que no hacen ruido ni parecen feroces o malvados y que, mansos, complacientes y suaves, siguen a las tiernas doncellas hasta las casas y las callejuelas. ¡Y ay de quien no sabe que estos melosos lobos son, entre todos los lobos, los más peligrosos!
Tampoco introdujo un final feliz en el cuento porque, en su versión, no aparece ningún cazador (que se introducirá en el siglo XIX): Caperucita, por ser una niña desobediente, ocasionó la muerte de la abuela y también ella fue devorada por el lobo. 
Es más que evidente que una joven que desobedece a su madre, más que niña es una adolescente... por otra parte, la caperuza roja, nos puede llevar a pensar que más bien era una mujercita... No se trataba de una niña rica, ella vivía en una aldea, cuyas únicas posesiones materiales eran una caperuza y una canasta, un estilo de vida realmente humilde. Su actitud rebelde a la hora de desobedecer, hacer oídos sordos a los consejos de su madre y las decisiones que toma a lo largo del cuento, nos hablan de que no se trataba de una señorita muy brillante. Además, Perrault la describe como toda una belleza. 
La relación de Caperucita con su madre no era muy estrecha, es notoria la falta de preocupación, ¿Cómo la deja atravesar un bosque sola?. La falta de límites, el desinterés de su madre, su estilo de vida y la ignorancia no pueden dar otro resultado más que una niña rebelde y desobediente. 
Así se plantea la infancia de la protagonista. Obviamente, el bosque y los dos caminos es una sencilla metáfora de la vida. El seguir por la senda del bien aparenta ser más largo y difícil, pero nos conducirá con éxito. Es ese momento en el que uno comienza a tomar las decisiones por si mismo y abandona su hogar. 

Habiendo empezado su camino, no tardó en cruzarse con el vil y astuto lobo. Este animal representa la maldad con inteligencia. Las intenciones del lobo eran aprovecharse al máximo de la joven, explotarla y terminar destruyéndola cuando ya no le sirviera más para nada. Así es como logró sacarle la información a Caperucita, se le adelantó y llegó primero a la casa de su abuela. 

Mientras Caperucita seguía, en la casa de la abuela se armó una buena. Para cuando Caperucita llegó, el lobo, ya estaba vestido de mujer con las ropas de la abuelita.
La escena de Caperucita preguntando y admirando que tan grande tenía todo, donde lo único que se valora aquí es lo físico y lo superficial.
Es el único cuento de la colección en el que triunfa el mal. Pero es porque Caperucita no reflexiona, no presta atención a su entorno, no piensa, no reconoce al lobo... Le falta prudencia. Caperucita no simboliza el bien, sino la ingenuidad.


Conclusión: Pensamos que las versiones de este autor, son un tanto duras para utilizarlas con niños tan pequeños (0-6) y por eso es mejor usar otras versiones o adaptaciones de las historias. 
En algunos casos, las versiones de los hermanos Grimm, son más "suaves" y se podrían utilizar en el aula. En el aula se pueden contar estos cuentos, tenerlos en la biblioteca y, además realizar alguna representación teatral de alguno de los cuentos. Creo que son cuentos que, al tener moraleja, tienen una enseñanza y transmiten unos valores de los que se pueden hablar con los peques en el aula. Otra actividad interesante, con los más mayores, sería plantarse un final diferente. 





Laura Alba Sánchez
Noelia Palacio Sánchez
Gemma Rodríguez Casero
Rukmani Rubio Olivar
Andrea Sobrino Verde



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